sábado, diciembre 30, 2006

Lilith recuperada:




Nuestro amor fue al revés
Yo venía de vuelta y tú empezabas.

Yo me había cansado ya y tú, aún no sabías.
Cuando ya no creía nada fue cuando tú, -increíble-, apareciste.
Con las cenizas de mi última eternidad solitaria
un demiurgo amable volvió a fabricarme.

Entonces decidimos que ya estaba bien de andar comiendo manzanas.

Y nos desnudamos
y esa serpiente que era yo, se deslizo por tu cuerpo
y se reconcilió con Dios.

martes, junio 20, 2006

Tres cuentitos de Mallory Six

El Pensamiento Viajero:

Un pensamiento, así, revoloteandito, disimulado y sibilino, se le posó en la oreja derecha.
No sabía si entrar y encendió un cigarrito, pero una lucecita al fondo lo hizo pasar y lo invitó a desvestirse.
Era un burdel, un burdelito rojo y fiestero preparado para ese pensamiento viajero.


La insomne
Cuando se acostó ésta vez se rogó a sí misma que por favor, no se le ocurriera soñar lo mismo de nuevo.
Luego se durmió, pero siguió insistiendo en desafiarse.
Arriba de esa gavia intentó avistar un lugar que nadie más veía.
Colgada al fondo de su propia incredulidad siguió señalando el lugar.
Según su propia interpretación, el único lugar posible.
Despertó y estuvo dándose vueltas toda la mañana.
Decidió en un arranque de voluntad , no dormir nunca más, volverse una anoréxica del sueño, vomitar los bostezos, no volver a aburrirse ni a cansarse ni a querer evadirse.
Decidió en fin, mantenerse insomne, hasta que el tiempo de vigilia mostrara sus verdaderos bordes, sus fronteras.
Quería ver el escenario, quería avistar la trampa y no le importaba en lo absoluto que nadie fuera a creerle.




La Carta:
Esta es la historia de un escritor muerto de deseo por una mujer insensible a sus palabras, una mujer sorda de sensibilidad y emociones, una mujer autista de su mundo.
Entonces, después de muchas disertaciones, resacas y obsesiones, después de coletear como una paloma moribunda por las calles desoladas, después de limpiar con su orgullo todos los contendedores del desprecio, ideó un plan magnífico, destinado a convertirse en el clímax de sus exploraciones literarias, una solución a sus problemas lingüísticos a la vez que una llave que le permitiera acceder al corazón de su amada.
Ideó nada más y nada menos que escribirle una carta muda, una carta que pasara por la puerta de su casa y la siguiera por sus días, una carta psicópata, está claro, una carta omnipresente que la acompañara cuando desolada llorara por todos esos amantes que nunca la comprenderían.
Esta carta fantástica tendría que estar revoloteando alrededor de su existencia sin que ella se percatara, haciéndose música cuando ella quisiera oírla o volviéndose el barman paciente de un bar de carretera, cuando ella necesitase desahogarse.
Una carta que oliera como los recuerdos que ella no conseguía retener ni dibujar, una carta que la transportara en noches interoceánicas hasta la cima húmeda de sus fantasías canallas.
Una carta que le susurrara con aliento tibio antiguas historias secretas para adornar sus sueños.
Una carta viajera que le trajera regalos.
El escritor soñó con esa carta invisible e infinita que le contaría , sin que ella pudiese aburrirse, todas las cosas que él sentía; una carta que la sodomizara cuando fuese necesario y que se fuera dando un portazo cuando ella se mostrara intransigente.
Una carta que ella pudiera extrañar porque la calentara a una temperatura que sólo pueden apreciar los ángeles y algunos seres vacuos como nubes.
Una cartita que ella se pudiera fumar cuando quisiese ser transportada muy lejos, una carta fotográfica que le mostrara ciudades que ella nunca concebiría.
Un carta perfecta, con sólo dos palabras y su nombre.

miércoles, junio 07, 2006

Suicidios imaginarios

“Me estoy suicidando desde que nací, tranquilo”

Yo cada vez que un amigo se cree que es verdad que estoy a punto de matarme.

Cuando te tragas las primeras veinte ya estás en el avión que atraviesa el océano.

Cuando el agua te empieza a entrar en los pulmones recuerdas un recuerdo que nunca has tenido.

Volvía, por fin volvía, bajaba del avión y miraba el aeropuerto enorme y miraba que no había nadie y miraba al pasado que es a donde miran los que vuelven. Y se encontraba con esas caras idénticas y más arrugadas que dejó atrás y miraba con ternura y cierto sentimiento de culpa, porque se había ido y el que se va, por mucho que lo niegue, se va por algo, y más aún si luego se queda es porque ese algo en vez de morirse crece, no se sabe, pero seguro que eso piensan los demás.

Y los demás son importantes cuando se trata de irse o de volver, pues son como esa identidad que la línea aérea no sabe a quien encasquetarle, y la dejan, allí, en algún carrito de maletas cuando tú te largas.

Y tú te bajas del avión, diez horas después, más liviana y más perdida, porque eres tú, pero ya no eres, como una reencarnada con memoria, como si te faltara algo, algo que te sobraba. Sin embargo vuelves con cosas, rastros en la mirada esos que fuiste encontrando y perdiendo por el camino, rastro de noches solitarias, rastro de besos que se te han secado en el alma, rastros de decepciones, de alegrías, rastros, polvo, humareda de pasos que se han perdido.

“Es culpa tuya éste abismo” te dice tu hermana, es culpa tuya porque te fuiste, aunque cuando te vas no llegas a parte alguna porque en todas estás así como de paso, y allá, allá te miran con cara de “¿qué haces aquí? Y allá, donde te recuerdan, te recuerdan con suspiros de ¿qué haces allá?, y cuando estás a solas y te lo preguntas, no puedes contestar ninguna de las dos cosas, que son la misma ¿por qué no vuelves? O ¿por qué te has ido?, fácil es estar con la gente que cree que es por dinero, que es pura geopolítica y enseguida te tachan de inmigrante.

Con esa gente es fácil porque no hay que estar explicando la condición metafísica del exilio, estás porque sí, porque aquí se vive mejor, te dicen. Mejor que en dónde, ¿mejor que en éste cuerpo? ¿mejor que en esta alma? ¿mejor que en ésta memoria? ¿es que hay algún sitio lejos de uno?

Porque te das cuenta que no eran los demás, que los otros son simplemente el potenciador del sabor de tu propio placer o angustia, el glutamato monosódico de tu existencia , los demás cambian de rostro y siguen ahí, con la piel más clara o más oscura, en una esquina con otro nombre, fumando otra cosa, pero siguen siendo los mismos.

También hay gente única, pero eso es más raro, hay gente a la que nunca encontrarás por muy lejos que vayas, si no sabes alejarte de ti un poco y abrir los ojos.

Inconsistencia, que se hace consistente cuando pasan los años, consistencia y permanencia del vacío, vaya, ahora sí que le das la vuelta al asunto, ahora sí que estás rodeando la causa o el efecto.

Bueno, pero ya estás aquí, aunque ¿qué significará eso?

Que estás, sólo que estás, que has vuelto, que ya no estás allá, en ese lugar del que vienes, que te has dividido en dos y que siempre tendrás que dejar algo para estar en algún lugar.

“Dicen que Dionisio, el hijo de Júpiter y Sémele ostentaba una eterna condición de extranjero, dicen también que cuando chico, Hera, la mujer de Zeus había mandado a unos cíclopes a que lo desmembraran y también cuentan, que luego, más adelante, el propio Dios, harto de las dudas de su primo Penteo, había hecho que su propia madre lo despedazara en una bacanal.

Otros dicen que Dionisio, el dios del vino, es la conexión pagana del hombre con la divinidad, igual que Cristo, que era medio humano medio divino aunque era finalmente un dios.

Cosa bastante misteriosa, porque los hijos de dioses y humanos eran sólo semidioses.

Tanta pendejada para darte un traguito de vino, “dátelo y ya”te dijo esa voz dentro de ti que era menos sublime de lo que a ti te habría gustado ser:

“¿Y si el vino fuese el pasillo?”

¿el pasillo? Preguntó tu vocecita vulgar

el pasillo entre uno y lo divino...

La vocecita se descojonó de risa, la vocecita no te vomitó encima porque aún no habías bebido suficiente, pero ya lo haría.

Bueno, pasillos van, pasillos vienen y tú que no terminas de llegar, no sabes si por el cambio horario o porque los demás están tan acostumbrados a no verte que tu identidad no tiene espacio donde albergarse, y estás allí, como alguien que se acaba de morir pero que aún tiene el cuerpo caliente, bueno, no así, si no exactamente, a la inversa.

Y ahora te cuentan cosas ¿sabes quien se murió? Y menos mal que se ha muerto pura gente que si no se hubiera muerto no estaría en tu conversación.

-vaya, dices, porque quieres que vean que has cambiado y que ahora te muestras más respetuosa con la gente que se muere.

Tú utilizas cualquier excusa para hablar de lo mucho que has extrañado todo, que si, “¡que rico esto!” ¡Qué ganas tenía de comérmelo!” y es como si les dijeras a todos esos que están allí que los echabas de menos y que tenías ganas de comértelos de puro cariño que les tienes aunque la distancia y el tiempo transcurrido y tu silencio indiquen lo contrario.

Hay teorías de éstas de psicología divulgativa que dicen que cuando una persona se siente acorralada sólo tiene dos opciones: luchar o huir, entonces quien se va es como el que lucha pero en silencio, y la ofensa es la misma, la gente está así como después de un mal rollo. O el que huye es el que se venga con esa frasecita de Borges que si el olvido y la venganza y el perdón son la misma vaina, y tú lo sabes, lo sabes tan al fondo de tu corazón, tan abajo, que no querrías que te culpasen por eso, porque eso sería como culparte por haber sobrevivido.

-¿otro traguito?

No sabes si pregunta la vocecita esa o pregunta alguno de tus amigos, pero respondes que sí, que más por favor.

Y quieren conversación pero la única conversación que tú tienes mira para atrás y es odiosa, te estás poniendo salada.

“que si antes cuando estaba aquí...”

“que allá las cosas son distintas...”total que ¿dónde estás ahora?, imposible decir, ahora estoy así o asao, aunque asao suena bien, porque estás como más bien asao que así, que es una conjugación verbal muy venezolana que se te había olvidado.

Pero el tema es, que de pronto la ciudad se te abalanza encima y recuerdos que aún no tienen forma se desperezan con los olores, con determinadas formas, con el nombre de esos restauracitos que habías olvidado que existían, de golpe la ciudad esta ronca y te susurra cosas al oído y las voces de tus amigos se pierden bajo su cadencia, es ésta misma ciudad, esta misma madre salvaje de la que huiste hace ya tiempo, esta ciudad que para celebrar tu vuelta inmolará a diez personas más, ésta ciudad que te da regalos que tu no quieres, tu ciudad, tu maldita ciudad, esa que decía Cavafis que siempre te acompañaría, aquí está, en toda su inminencia, atropellando las otras ciudades más bonitas que conociste, aquí esta el tiempo retrocediendo o adelantando, vaya usted a saberlo, y parece que no tiene sentido haberse ido tan lejos, porque todo sigue igual, tu miedo, tu ciudad y ese tiempo que parece no haber transcurrido y que sin embargo se ha mostrado cruel con las calles, ennegrecidas de pólvora y desencanto, y todos esos que se fueron para siempre, y dónde puede estar Kaicú, y dónde están tus diecisiete años ¿seguirán chamuscándose con alguna pipa de crack en aquellos apartamentos encendidos, seguirá tu alteridad huyendo por los pasillos del tiempo para tratar de alcanzarte, seguirá tu vida o tu muerte goteando como un cadáver con un disparo en la cabeza? ¿Será posible recuperar todo eso que se pierde cuando todo se desbarata o esos cadáveres por los que ya no rezarás nunca más porque murieron justo después de que habías dejado de creer en dios y en el cielo? ¿Tendrá alguna ventaja morir rodeado de creyentes o será igual que tus máximos dolientes sean unos descreídos que sólo creen en ese dolorcito instantáneo que tu muerte les produce?

De pronto sientes frío y escupes agua.

Te levantas en esa habitación oscura y recuerdas que anoche te emborrachaste y que estás en casa de los chicos.

Te lo piensas mejor, aún no es momento de suicidarse, ni tampoco de volver.

lunes, mayo 22, 2006

Alejandro Dolina

Alejandro Dolina:


Unas perlitas de ese filósofo de la vida mundana, unas perlitas que estimulan esos sentimientos en los que creen los niños: la lealtad, la amistad, las cosas imposibles, los mapas del tesoro y todo lo que no es obvio ni evidente, ni fácil(para quienes necesitan una pequeña dosis de ilusión y aventura en lo cotidiano)



“jamás alcanzaron a comprender a quienes sostienen que escuchar las ajenas lamentaciones es ya un servicio abnegado. Nada de apoyos morales ni palabras de aliento. Llegado el caso, los muchachos del ángel gris actuaban directamente sobre la circunstancia adversa: convencían a mujeres tercas, amenazaban a tramposos, revocaban injusticias , luchaban contra el mal, detenían el tiempo, abolían la muerte.”

“De cada mil personas que pasen por esa puerta-decía-acaso nos conmueva solamente una. Del mismo modo, quizá sólo una entre las mil tenga a bien impresionarse con nosotros.
La cuenta es sencilla: sin contar percepciones engañosas y desilusiones posteriores, la posibilidad de un amor correspondido es de una en un millón. No está tan mal después de todo.”


“¿Que virtud encierra creer lo evidente? Cualquier papanatas es capaz de suscribir que existen las licuadoras y los adoquines.
En cambio se necesita cierta estatura para atreverse a creer lo que no es demostrable –y más aún- en aquello que parece oponerse a nuestro juicio. Para lograrlo hay que aprender-como quería Descartes- a desconfiar del propio razonamiento. Por supuesto en nuestro tiempo cualquier imbécil tiene una confianza en sus opiniones que ya quisiera para sí el filósofo más pintado. La incredulidad es-según parece- la sabiduría que se permiten los hombres vulgares”

martes, mayo 02, 2006

Mortal de necesidad

Mortal de necesidad:

Dicen que cuando a uno lo atraviesan con una bala no se entera
de pronto ve la sangre
y sabe que está herido.
De pronto se marea
y alguien va bajando lentamente las persianas.

(Y de pronto despierta en una habitación desconocida, solitaria casi siempre, y pregunta:
¿dónde estoy?, pero nadie le contesta...
Y entonces la memoria de esa herida se infecta con todas sus muertes anteriores)

Menos mal que la medicina no es exacta:
mi médico no creyó en mi pasado cuando examinó los resultados
si está usted sanísima, me dijo, casi en tono de reproche
-no doctor, yo siempre he estado enferma.

Por eso, ese tiro que me diste,

mortal de necesidad,
en el corazón de todo lo que temo
en el hígado
de mis dudas, de mis debilidades

me dejó algunas funciones atrofiadas
como la voz para gritar que me duele
como el sentido del tiempo.

Hipocondríaca , dicen algunos
y claro, la hipocondría es la capacidad de los demás de no creer en tus dolores.
La capacidad de las bacterias y los déficits y todos los desequilibrios
de no dibujarse en esos papelitos que luego decretan tu estado

Tu perfecta salud desmiente tus sórdidas aventuras.

Hipocondríaca de la vida, que cree que ama, o cree que se deprime
que cree que tiene amigos o
que nada dura para siempre.
mientras nada en las toxinas que segregan sus dudas.

Entonces me entero, en esta noche de tiroteo memorioso
que nada más y nada menos que tú me has disparado
(si no fuera tentar a la desidratación , seguro que lloraría)

Entonces me fumo la lucidez
parada en esta esquina de mi vida,
y me expongo en pelotas a ese frío glacial de la soledad más absoluta
y persigo el vicio de mis ideas
y me atiborro de amores imposibles
y polisaturados y salados
y poco recomendables.

Pero, retomando,
este último balazo, mortal de necesidad
me marea un poco, a veces arde
pero como dijo Lytton Strachey:
"Si esto es morir, tampoco es para tanto..."
(Aunque por cierto, tengo un sabor metálico en la boca y algo de sed, y me estoy manchando la camisa)

miércoles, marzo 29, 2006

Personajes y personajitos

Me estoy leyendo el libro “El guion” de Robert Mckee, recomendado por mi queridisimo amigo Brian.

Sirve para aprender las cuestiones básicas a la hora de escribir guiones cinematográficos, muy a la manera norteamericana de hacer las cosas y , si, se percibe, cierto desprecio por “el cine de arte y ensayo”, −tenía tiempo que no escuchaba esa expresión−, pero también me parece muy sabio a la hora de aplicarse a la vida, al conocimiento de “los Personajes”.

Ideas como esta: Una cosa es la caracterización del personaje, cómo se vista, cómo hable o lo que afirme , pero lo que REALMENTE LO DEFINE, SON SUS ACTOS.

Moraleja: que no nos vendan la caracterización.

Otra definición muy interesante sobre los personajes dice que REALMENTE SABREMOS COMO SON en momentos de TENSIÓN, ahí es donde aparece el cobarde, el noble, el traidor, por supuesto que bajo circunstancias normales todos somos cojonudos.

En fin, a mi me da que pensar, hay gente que sólo es caracterización (ropita, pintita, pero después los conoces y son personajes planos, sin profundidad, sin intensidad psicológica, sin nada que dar) quítales la escenografía y la caracterización y aparecerá el verdadero Personaje.

Quien se sienta aludido recuerde que estamos solo hablando de cine.

lunes, marzo 06, 2006

Poema

La paja en el ojo ajeno
no te quería escribir poemas
y me sentaba en el tobogán de la tarde
con mi vida sin sentido
aunque te podrías haber desmayado
con sólo susurrarte una frase verdadera
aunque te estremecías en el silencio
no podía escribirte un poema.


La mayor ironía: rezarle en silencio a un Dios que sostiene nuestra última ración de Fe como un cuchillo para inmolar
esclavos.

martes, febrero 21, 2006

Reflexiones de Pascal Quiqnard

“Si Hablar es un medio de investir al prójimo y colonizar así la morada interior, la cavidad interior—el alma—con el pensamiento, con una sustancia de sí casi inmaterial, uno no puede pretender acercarse al otro hablándole de sí mismo al oído. El silencio permite escuchar y no ocupar el espacio que deja desnudo en el alma del otro.

Sólo el silencio permite contemplar al otro.

Callando, ni el uno ni el otro se parapetan bajo su pensamiento, ni pisan la tierra de la otra patria. En el silencio, extraño frente a extraño, ambos intiman. Es el estado de la extrañeza íntima. En el verdadero abrazo descubrimos que el cuerpo habla una lengua extranjera, extraordinariamente silenciosa. Hablando no la entendemos. Pero si escuchamos el silencio , podemos apreciarla.

El amor es la relación sin piedad. Nada lo satisface. No puede esperar paz alguna. Y si es así no es por culpa del amor ni es responsabilidad de uno de los dos miembros de la pareja que el amor unce y a la vez exilia,

que instala en la pared del otro (tras la piel del otro) la que siempre hace caso omiso,

que encaja y mata.

Lo que no puede ser tratado ni conciliado ni superado ni trascendido es la diferencia sexual que se halla en el origen de cada ser humano.

Que es pura.

Que es absoluta.

Esa diferencia es lo incomprensible, lo incesante, lo inherente, la reproductora, la proliferante, la coriácea, la no estacional, la obsesionante.

Lo ineluctable de las relaciones sexuales es que son ambivalentes. No están vinculadas a la desnudez, sino al desnudamiento. Pureza animal contaminada por lo que llamamos asco humano o pudor. No hacia la desnudez, sino hacia El desnudamiento humano. El odio al amor está en el amor como su conciencia. Y la conciencia le resulta tan útil como las plumas a los peces.

“Somos nosotros quienes traicionamos la región misteriosa. Pero el otro mundo es inolvidable, porque precede al nacimiento mismo. No vimos la escena que nos formó. No la vemos, continuamente. Esta imagen que falta nos obsesiona. La imaginamos hasta que logramos reproducirla. Todos somos misteriosos. Y lo seríamos más si estuviéramos menos recargados: cómicamente revestidos, ordenados, asalariados, divididos, compuestos, locuaces, trabados. La región misteriosa donde todo se confunde: desde la rotación de la Tierra al tiempo, al ciclo de las estaciones, a la reproducción sexuada, a la muerte que cerca a los seres para rejuvenecer y resucitar, a los astros que distribuyen el retorno de los solsticios, desde la gravedad de las piedras a los cantos y las alas de los pájaros, desde el silencio y la espera de los peces en el fondo de los lagos oscuros, al brote al brote de las hojas en el aire, desde la luz solar a la noche estelar.

Pero todos viviremos la confusión, la inmensidad, su explosión , su expansión.

“No entender nada de nada es un órgano maravilloso.”

domingo, febrero 12, 2006

La Mayoría absoluta/Las Brujas de Salem

Me leo las brujas de Salem de Miller y recuerdo una discusión con unos amigos, ellos siempre se justifican o descalifican por mayoría absoluta.
Tienen un concepto democrático de las relaciones.
A todos por igual.
A todos las mismas reglas.
Todos son un grupo, ellos y nosotros.
Y a la hora de responder ante cualquier tema, se van a la mayoría absoluta.
—Tú Siempre te peleas con la gente, en cambio nosotros no tenemos problemas con nadie.
Mi argumento es que desconfío profundamente de la gente que se lleva bien con todo el mundo.
Debe haber una mentira por alguna parte.
¿todo el mundo? ¿quién es todo el mundo?
Bisbal y Enrique Iglesias son los cantantes más vendidos.
Y Shakira y Juanes.
¿Todo el Mundo?
El hombre al que todos van a recibir de rodillas se llama George Bush.
Después de la guerra mejoró su mayoría.
Todo el mundo Musulmán protesta por unas caricaturas de Mahoma.
Todo el mundo sigue consumiendo, consumiendo y consumiendo mientras la tierra se
recalienta.
La verdadera mayoría del mundo se muere de hambre mientras Brad Pitt es el hombre más sexy del mundo.
Creo que para la mayoría esa que se muere de hambre un bistec es mucho más sexy que Brad Pitt.
—“sólo tenemos este problema contigo y con X”
Observar que hasta para la argumentación se usa la primera persona del plural.
Me alegro de que sólo tengan los problemas que tienen conmigo, si fuera el mismo problema que tienen con todo el mundo yo no sería alguien, sería una más.
Me gusta ser yo, solamente yo, única e irrepetible.
Sólo yo me llamo como me llamo.
Jhon Proctor en las brujas de Salem:
“ ¡porque ahí está mi nombre! ¡porque no tendré otro mientras viva¡ ¡porque he mentido y he firmado mentiras! ¡porque no merezco besar el polvo que pisan los pies de los que van a ser ahorcados¡ ¿Cómo voy a vivir sin mi nombre? ¡le he entregado el alma, déjeme al menos mi nombre!”
Me pregunto que hubiesen hecho mis amigos, transportados en el tiempo cuando muchas chiquillas histéricas y un pueblo entero decidía unirse a la quema, me pregunto si hubiesen razonado de la misma manera, “ si todo el mundo lo dice”
Carajo.
Me vienen a la mente dos dichos venezolanos.
Uno cuando te acusan de caerle mal a alguien como si fuese responsabilidad tuya:
“No soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo”
Otro, para cuando lo que dice la gente te tiene absolutamente sin cuidado:
—¿qué es otra raya más para un tigre?
De nuevo me viene a la mente mi amigo Willian Blake:
—“una misma ley para el león y para el cordero es opresión.”
Pero supongo que ahí está el truco, la ascesis, en resistir cuando la gravedad del planeta te lanza a la inercia.
La gravedad y la Gracia, esas que tan bien describió Simone Weill:
La gracia de luchar contra la gravedad, contra la inercia que nos arrastra, contra la comodidad, contra “la felicidad” a cualquier precio.
Hay que ser estúpido para no sospechar que cuando las cosas son demasiado fáciles tienen algo de engañosas.
Falta de memoria olvidar que el nacimiento es un dolor. Que el parto es un dolor. Que el placer es un dolor.
Me acusan de cierta recreación en la infelicidad, en la crítica.
Cierto, hay cierta recreación, la diferencia es que yo no nací con ella, la he aprendido.
He aprendido a mirar en las esquinas, a tratar de descifrar los síntomas de la realidad, a no dejarme embaucar. Sólo hay que mirar con los ojos bien abiertos y sin miedo alrededor, para saber que hay miles de espejismos acechando en el desierto.
No todo lo que vemos es verdad, no lo más fácil de creer es verdadero.
Pero no somos tan fuertes, ni tan astutos para creer que siempre nos damos cuenta de algo.
Dudar, hay que dudar de las propias convicciones y aún más de las de los demás, las que dicen que tienen, o las que creen que tienen.
De esas aún más, lógicamente.
Me viene a la cabeza Dolina: creer lo evidente, cualquier papanatas puede creer que existen las licuadoras o los ordenadores (cambio en mi cita de memoria, lo sé)pero se necesita cierta altura moral para creer en lo que no es obvio ni fácil de comprobar.
Creer en la masa. Sí, supongo que ha habido épocas en este mundo en donde creer en la mayoría resultaba liberador.
En las revoluciones, en los renacimientos, en las conquistas, en las grandes cosas.
Hasta en un concierto de rock alucinante.
En épocas mágicas.
Pero no en ésta época, ésta época brutal exige una crítica brutal.

Borges

Jactancia de quietud


Escrituras de luz embisten la sombra, más prodigiosas que meteoros
La alta ciudad inconocible arrecia sobre el campo.
Seguro de mi vida y de mi muerte, miro a los ambiciosos y quisiera entenderlos.
Su día es ávido como el lazo en el aire.
Su noche es tregua de la ira en el hierro, pronto en acometer.
Hablan de humanidad.
Mi humanidad está en sentir que somos voces de una misma penuria.
Hablan de patria.
Mi patria es un latido de guitarra, unos retratos y una vieja espada,
La oración evidente del sauzal en los atardeceres.
El tiempo está viviéndome.
Más silencioso que mi sombra, cruzo el tropel de su levantada codicia
Ellos son imprescindibles, únicos, merecedores del mañana.
Mi nombre es alguien y cualquiera.
Paso con lentitud, como quien viene de tan lejos que no espera llegar.


Borges.

snuff snob


"La guerra en Irak, el terremoto de Cachemira, Pakistán, los atentados terroristas de Londres, el maremoto del Sureste asiático, el huracán Katrina, el conflicto israelo-palestino y el hambre en África fueron los temas que protagonizaron la mayoría de los galardones en las categorías de noticias"


Snuff Snob
sábado 11 de febrero.


“La palabra imagen viene de la antigua palabra romana imago, la cabeza del muerto colgada de una pica o en techo de una vivienda.”


Veo la foto del año según el word press Photo 2005. La ha ganado Finbar O’Reilly de la agencia Reuters.
Por una madre negra y la manita de su hijo desnutrido en su boca, como la manita infernal de algo que ya no es un niño.
Maldita como aquella otra del niño etíope, diminuto ante el buitre.
Me pregunto si nadie se da cuenta que resulta brutalmente despreciable establecer un premio de 10.000 euros por una imagen tan dolorosa.
Me pregunto por qué no llaman a eso snuff snob.
El Jefe de la revista Sport Ilustrated y presidente del certamen se expresa de la siguiente manera:
“No he podido quitarme la foto de la cabeza desde que la encontré hace dos semanas. Varias miles de instantáneas después , las que hemos repasado para el premio, seguía en mi retina. Lo tiene todo: belleza, horror y desesperación.”
No niñato infame de un lugar desarrollado, lo QUE MÁS tiene la foto es HAMBRE y si después de ese hambre pudiese tener algo más tendría odio seguramente.
Además no es la foto lo que tiene todo eso, es la persona detrás de la foto, claro que para ti sólo es una foto.

Una foto para comentar en la mesa, con un vinito y unos porros, una foto para no olvidar lo bien que se está de un lado y lo mal que se está de otro.
Para agradecer el lado en que se está, con sus fallas, con su hipocresía pero desarrollado.
Donde esas cosas sólo están detrás de un vidrio, donde no huelen, ni piden, ni apestan.
Oración : Tiene que existir mucha gente en el mundo sintiendo desprecio de una sociedad que es capaz de premiar la existencia de cosas así.
Me imagino la entrega del premio llena de críticos diletantes, gente de la publicidad, de los medios, del arte.
Tomando vino blanco, aplaudiéndose unos a otros mientras suben a recibir el flamante premio.
La foto expuesta al fondo de figuras vestidas con trajes de 1000 euros, con cortes de pelo radicales.
La foto al fondo en la exposición de las finalistas.
Un coche bomba.
Y detrás, al fondo del brindis, espectros.
¿Se suicidará Finbar por esa foto como lo hizo el de la foto que dio la vuelta al mundo de aquel niño más pequeñito que un buitre?
¿En qué se gastará esos 10.000 euros?
Le cambiará la vida a la madre y al niño, les mandará mil euros “porque eso para ellos es una fortuna”
A lo mejor se los da todo. No hay que perder la fe.
¿Es que nadie se da cuenta de lo infame y decadente
del síntoma que encierra premiar eso?

jueves, febrero 09, 2006

Reflexión del amigo Houllebecq

Muy apropiada para cuando dudamos de nosotros y otros nos acusan de acusarles:
Dedicado a todos aquellos que no se quieren sentir culpables , es decir a los...




-Los cobardes, sobre todo los cobardes y los hipócritas, sobre todo los hipócritas.
-¿No le parece que fue ud muy dura con él?
“Por eso hay gente que te rehuye”
Patético, buscar apoyo en los demás cuando no se tienen convicciones propias.
Rehusar hablar, esconderse, esperar el momento de mayor debilidad para atacar como una hiena.
-¿no es triste?
-es triste, sí, muy triste, pero por otro lado reconforta…
-¿Cómo puede ser?
- se da uno cuenta, de hasta que punto, a pesar de todo, conserva su ética, su moral…hay gente que ni siquiera espera que estallen las guerras para buscar a los lados a quién delatar…
-eso es cierto, pero no deja de ser lamentable…
-esas personas, si estuviesen en la alemania nazi preferirían creer lo que les cuentan, y si ud fuese judío ellos mismos le delatarían…
- me cuesta creerlo…
-hombre, no lo harían de un día para otro, primero empezarían a cotejar la propaganda con usted, hasta que usted terminara pareciéndose a lo de la propaganda…entonces trataría de alejarse, con excusas borrosas, ejercerían su derecho a la cobardía…porque es un derecho ¿sabe? Como cualquier otro, como negarse a hablar con alguien, nadie puede obligarles…
-eso es cierto
-es así porque pudiese ser que sus razones aparentes escondiesen una causa más noble…
-pudiese ser
-siempre debe ud creer en esa posibilidad…
- ha conocido usted mucha gente así, le aceptan para poder saciar su curiosidad, para tener algo que contar ya que ellos no producen vida propia…
- vampiros?
-sí, por eso siempre están temerosos de que quiera usted estafarlos, en el fondo, se sienten culpables por que saben que nunca le darán nada a cambio de su amistad, y si no es amistad lo que pueden darle ¿entonces que es?

viernes, enero 27, 2006

Poema

Si no es a oscuras
Si no es a oscuras no te veo.
Si no es a noche no te alcanzo.
Si no es en ay donde me tiemblo.
Si no es perdido cuando parto.
Si apenas agua sobre el fuego.
Si apenas fuego sin la mano.
Si apenas mano con el beso.
Si no es perdido cuando parto.
Si apenas siempre cuando encuentro.
Si nunca encuentro cuando espero.
Si toda muerte en el abrazo.
Si nunca llego cuando llego.
Si nunca muero cuando muero.
Si no es perdido cuando parto.
Miguel Arteche*