
Nuestro amor fue al revés
Yo venía de vuelta y tú empezabas.
Yo me había cansado ya y tú, aún no sabías.
Cuando ya no creía nada fue cuando tú, -increíble-, apareciste.
Con las cenizas de mi última eternidad solitaria
un demiurgo amable volvió a fabricarme.
Entonces decidimos que ya estaba bien de andar comiendo manzanas.
Y nos desnudamos
y esa serpiente que era yo, se deslizo por tu cuerpo
y se reconcilió con Dios.
2 comentarios:
Muy bueno, muy bueno...
Saludos!!!
Gracias¡ me encantan éstos saludos -entre botellas con papelito- por los mares del ciberespacio,he paseado por tu blog en justa corespondencia, ya te contaré.
Publicar un comentario