lunes, abril 30, 2018



 La Melancolía:


Algunos piensan que el siglo veinte se inauguró con la histeria y se cerró con la melancolía.
Quién sabe, si lo que hoy se cura con un prozac , es el mismo estado del alma que conoció en otras épocas la exaltación de los poetas y la admiración de los románticos.
Melancolía, acedía, spleen, nostalgia, fiebre seca, atrabilis: una fatal enfermedad del alma, que cubría como una neblina cualquier alegría, que oscurecía cualquier manifestación divina, una tristeza sin esperanza, un dolor sin explicación, e inclusive una terquedad herética y firme que apartaban al apestado de la vulgaridad de sus semejantes.
Una sensación de que "Más que un error de fondo, la vida es "una falta de gusto" que ni la muerte, ni siquiera la poesía, logran corregir" (E. Cioran)
Para los antiguos era provocada por un exceso de bilis negra, que provenía del bazo ( de ahí el término inglés "spleen"), un desorden de los humores que dotaba al que lo padecía de un temperamento sombrío y seco.
Pero la melancolía no es un estado plano; como una reina oscura, va acompañada de súbditos leales: la acedía, la cólera seca, la ironía,la obsesión, el aburrimiento, la inquietud, las ganas de evadirse , la "locura en los límites de su impotencia" como la definió Foucault.
En la antigüedad existió un demonio que atacaba a los solitarios monjes del desierto cuando el sol alcanzaba su cénit: La Acedía, o demonio del mediodía.
A lo largo del medievo se considera a éste estado uno de los ocho pecados capitales, con el tiempo fue asimilado a la pereza, aunque no era exactamente lo mismo.
Si bien aburrimiento, pereza y desasosiego se confundían equívocamente con éste estado del alma.
"Gracias a la melancolía - ese alpinismo de los perezosos- , escalamos desde nuestro lecho todas las cumbres y soñamos en lo alto de todos los precipicios" E. Cioran.
Desde nuestra visión moderna, nos cuesta imaginar por qué una perturbación del alma, que la condenaba al ocio desesperado, al hastío, a la incapacidad de encontrar comodidad en la propia existencia podía ser considerada, más que una enfermedad, un pecado capital, y es que estos vicios eran la cabeza o el origen de otros más graves.
Se dice que solía atacar a los monjes en clausura, eremitas cristianos dedicados a estudiar la palabra sagrada.
A la víctima de éste "taediun cordis" como se le conocía, la vida se le presentaba intolerablemente larga y absurda, desértica, imponderable, como si en la cegadora presencia del sol meridional presintiera en su porvenir el vacío de la desolación, del absurdo.
En "La Náusea" Sartre precisa muy bien éste estado al decir, cito de memoria : "Las tres siempre es demasiado temprano o demasiado tarde para lo que uno quiera hacer, momento absurdo del día"
Pero como ya dijimos, la acedía era sólo la puerta de desórdenes más graves, como la errancia , el desasosiego , la pereza, la curiosidad desmedida, etc.
Guigues el Cartujo la describió de la siguiente manera: "Cuando estás solo en tu celda, a menudo eres atrapado por una suerte de inercia, de flojedad de espíritu, de fastidio del corazón, y entonces sientes en ti un disgusto pesado: llevas la carga de ti mismo; aquellas gracias interiores de las que habitualmente usabas gozosamente, no tienen ya para ti ninguna suavidad; la dulzura que ayer y antes de ayer sentías en ti, se ha cambiado ya en grande amargura" .
Sin embargo para los estudiosos del espíritu, éstas faltas que ahora nos parecen tan inocuas eran graves, Dante describe así a los perezosos en su infierno:
"...las almas tristes de aquellos
que vivieron sin alabanza y sin infamia.
Mezcladas están al odioso coro
De los ángeles que ni rebeldes fueron
Ni a Dios fieles, sino para sí solos.
Los cielos los rechazan por no mancharse,
y el infierno profundo los evita,
pues de estos reinos alguna gloria cobrarían.
...Estos no tienen esperanza de morir
y su ciega vida es tan baja,
que envidian toda otra suerte.
El mundo no conserva su memoria;
La misericordia y la justicia los desprecia:
No pensemos en ellos, sólo mira y pasa
" Divina Comedia.
Según San Juan Clímaco esta era una tentación que acompañaba al solitario a lo largo de toda su vida y Santo Tomás reconocía que en algunos hombres perfectos podían darse movimientos de acidia(como también se la conocía), porque nadie es tan recto que no aparezca en él alguna contrariedad de la carne hacia el espíritu.
Si alguien es poseído por éste demonio del mediodía será inestable de cuerpo y espíritu , curioso, errante, desasosegado.
Y quizá eso explique el nacimiento de otras tristezas, ya que una imaginación ociosa es la madre de divagaciones mentales, una inquietud constante conduce al vagabundeo, a la curiosidad, y todos éstos factores son la génesis de la aventura.
Quizá por eso algunos filósofos como Aristóteles, atribuían tal estado del espíritu a un exceso de lucidez, ¿tendría algo que ver el mediodía, ese exceso de luz que no podía menos que resultar desesperanzador?
El Problema XXX, atribuido al Griego, plantea que todos los hombres excepcionales en filosofía, ciencia, arte y política son manifiestamente melancólicos.
Muchos otros creían ver en la melancolía la consecuencia de un exceso, que como un fuego arrasador dejaba seco en lugar por donde pasaba, como si la búsqueda exagerada de una verdad, la obsesión por la sabiduría pudiese, como el fuego, abrazar todo a su paso:
"Pero en algunas ocasiones el conflicto nace en el interior de una misma cualidad. Una cualidad puede alterarse a sí misma durante su desarrollo, y convertirse en su propio conttrario. Así, cuando "Las entrañas se calientan, cuando todo se fríe en el interior del cuerpo....cuando todos los jugos se queman", entonces todo ese conjunto puede transformarse en fría melancolía,(...)Este enfriamiento del cuerpo es el efecto ordinario que sigue a los calores inmoderados, cuando éstos han arrojado y agotado su vigor". M Foucault.
Ya que también los griegos vieron en el temperamento bilioso o melancólico una oscilación que atravesaba tanto etapas eufóricas y sumamente creativas con otros momentos de apatía y sequedad intelectual. Lo que hoy clínicamente se conocería como un trastorno bipolar de la personalidad.
ARETEO DE CAPADOCIA (médico griego, s. I d. de J.C.), figura como el primero en señalar que la manía y la melancolía formaban parte de un único trastorno: "algunos pacientes después de estar melancólicos tienen cambios a manía...por eso esta manía es probablemente una variedad del estado melancólico... La manía se expresa como furor, excitación y gran alegría... Otros tipos de manía tienen manifestaciones delirantes de tipo expansivo: el paciente tiene delirio, estudia astronomía, filosofía... se siente poderoso e inspirado".
Pero los santos del siglo XVI, más preocupados por no pecar que por entender la naturaleza humana, trataban de separar muy bien esa tristeza sin sentido y los momentos de oscuridad que debían forzosamente atravesar para llegar al éxtasis divino.
Después llegaron los románticos, que chuparon de ese néctar amargo sin el más mínimo pudor, quizá porque entendieron que el destino creador del hombre estaba muy ligado a esa enfermedad del alma de la que brotaban las más exquisitas manifestaciones del arte, Poe lo afirma en su Teoría de la Composición: lo bello está inexorablemente ligado a lo triste.
Y es que si como afirmaban los teólogos medievales, la melancolía obligaba al vagabundeo, la literatura y el arte no serían nada sin éste talante errante e inquieto, después de todo, y aquí volvemos a citar a esa Chavela Vargas de la filosofía llamado E. Cioran:
"Nada seca tanto la inteligencia como la repugnancia a concebir ideas oscuras"
Así tenemos al Ismael de Moby Dick sustituyendo el revolver por el barco, y ya que citamos a Melville ,vamos a repasar otra de las piedras angulares de la melancolía: La obsesión.
A finales del s. XVIII, para los autores de la Ilustración, la definición de melancolía que prevalecerá será del todo intelectual: la melancolía es la dominación excesiva que ejerce sobre la mente una idea exclusiva..
En su historia de la Locura, Foucault nos lo describe:
"Boerhaave define aún la melancolía como "Un largo delirio, tenaz y sin fiebre, durante el cual el enfermo está siempre discurriendo sobre un solo y mismo pensamiento" Dufour, pocos años más tarde, basa su definición sobre "El miedo y la tristeza", que explican actualmente el carácter parcial del delirio: " De allí viene que los melancólicos amen la soledad y huyan de la compañía; en ella se unen con más fuerza al objeto de su delirio o de su pasión dominante, cualquiera que ella sea, mientras parecen indiferentes a todo lo restante"
Este pensamiento o idea dominante puede ser odiosa, como la que impulsaba a Ahab a atrapar al gran cachalote blanco, puede ser fantasmal como la de Hamlet, puede ser nostálgica como la que impulsaba a Odiseo a regresar a su ítaca natal o a Don Quijote a perseguir su ideal, después de todo como decía Proust:
No hay melancolía sin memoria ni memoria sin melancolía.
Por supuesto, y no podría faltar, hay una melancolía que ataca no sólo a los hombres de genio, sino a cualquier mortal que se precie de estar vivo:
La melancolía amorosa: "Quiero, emborrachar mi corazón para matar un loco amor..." pecado capital del que emanan muchas de las mejores perdiciones de la música, y de la vida.
Pero también puede provenir de un exceso de conciencia :
"Por lo general, los animales son tristes- continuó-. Y cuando un hombre está muy triste, no porque tenga dolor de muelas o haya perdido dinero, sino porque alguna vez por un momento se da cuenta de cómo es todo, cómo es la vida entera y está justamente triste, entonces se parece un poco a un animal; entonces tiene un aspecto de tristeza, pero es más justo y más hermoso que nunca. Así es, y ese aspecto tenías, lobo estepario, cuando te vi por primera vez.
El Lobo Estepario Hermann Hesse"
El cine también se ha nutrido de melancolía, tanto para sus guiones como para la fabricación de sus mitos, ¿o no son Marilyn, Dean, y la época dorada, minas inagotables de melancolía?
¿Y el rock con su Elvis, su Joplin, su Morrison, su Hendrix, su Woodstock?
Aún hoy, en nuestra pragmática época donde la melancolía puede no ser más que un vulgar depresión, o simple vagancia, o un trastorno bipolar de la personalidad, los héroes melancólicos siguen ocupando su lugar, en el espíritu colectivo, tanto que hasta los androides llegan a sentirla en un clásico de la ciencia ficción como Blade Runner
"He visto cosas que nunca creeríais. El ataque de naves ardiendo más allá de Orion. Rayos-C brillando en la oscuridad de la puerta Tan Hauser. Ahora, todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"

Después de todo y sin poder prescindir de Cioran : "En un mundo sin melancolía los ruiseñores se pondrían a eructar" Marjiatta Gottopo. Julio del 2002.

o Sea, que perdón

Oración del perdón:

Perdón profundamente por arrecharme tanto.


Perdón de verdad por no ser más generosa

con quienes no eran tan perfectos como me gustó imaginarlos.


perdónome yo por tener tan mala leche

perdónome por odiar a los mezquinos y sobre todo
por no tener paciencia con los gafos

perdóname porque no me gusta Paulo Coelho
ni creo que todos seamos chamanes después de leernos
un libro de Conny Méndez


Perdóname porque me da acidez el discursito new age
y también el de los que se quedaron en la nota


me gusta la religión: Mariconadas las justas:

-"¡¡¡¡OHHHH, ayúdeme no me quiero drogar......!!!!
- No te drogues hijo mío....
-pero es que me gusta
- entonces drógate hijo mío
-pero es que me deprimo
-pues no te deprimas hijo mío...
-pero es que me drogo...
-¡¡¡que ladilla hijo mío, agradece que tienes ese problema porque sino sólo serías un imbécil sobrio....


-"Oh Padre (o Madre)...
-Dime hijo mío
-que no encuentro el amor...
-pues búscalo hijo mío....
-¿cómo madre?
-¿Como que coño e madre?
- no, que coño, digo que cómo hago madre (o Padre) para encontrar el amor...
-pues folla más hijo mío...
- no me gusta padre...
-pues no folles hijo mío...
-pero quiero encontrar el amor...
-pues buscate una novia por internet....
-no padre, allí lo que se consigue es muy feo...
-pués no sé hijo mío, vete pa la calle
-pero es que soy feo padre....y además soy tímido...y no tengo dinero...
- y eres una ladilla...
-¡¡¡pero Padre!!!
-pero es verdad, vete a una religión donde te caigas a mojones porque lo que es aquí no te queremos...
bueno, en fin, perdóname, porque la mayoría del tiempo quiero una religión así. que no se caiga tanto a cobas...

joder,
que maravilla que todo fuera como queríamos que fuera
o se quedara suspendido en el tiempo
o no se nos muriera como ese hijito que nunca llegó a crecer en nuestros brazos
o ese bebé que un día cuando volvimos ya era un adulto y no nos conocía.

Los mosquitos transgénicos que Lex Luthor está regando por todo el mundo.

Obra de ficción con autofact -cheking: Desde 2016 Lex Luthor está realizando un experimento genético dispersando mosquitos por todas part...