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miércoles, marzo 28, 2018
Venezuela y la doctrina del shock
Así funciona la doctrina del shock: el desastre original — llámese golpe, ataque terrorista, colapso del mercado, guerra, tsunami o huracán— lleva a la población de un país a un estado de shock colectivo. Las bombas, los estallidos de terror, los vientos ululantes preparan el terreno para quebrar la voluntad de las sociedades tanto como la música.
Naomi Klein “La doctrina del shock”
Caracas
El más claro síntoma de la psicopatía en forma de ciudad. La ciudad más peligrosa del mundo, dicen algunos. Sí, más peligrosa que Ciudad Juárez o San Salvador, más peligrosa que Acapulco o Ciudad del Cabo. Un valle extremo en su belleza y en su crueldad. Atravesada por el río Guaire y bombardeada de disparos, cadáveres, cadenas televisivas, campañas políticas, policías corruptos, Sukoi rusos sobrevolando el Valle o siendo secuestrados y desapareciendo en el mar Caribe, niñeras de ministros detenidas en una aduana brasileña por tratar de introducir armas, o alcaldes resentidos redecorando monumentos nacionales para convertirlos en su nidito de amor. Sobrinos presidenciales detenidos en Santo Domingo con kilos de cocaína o multiministros multicorruptos pillados con una menor de edad en un apartamentico en la playa. Todo esto mientras guacamayas rojas, amarillas o azules se posan en la ventana, o atardeceres de un color indescriptible consuelan la brutal cotidianidad.
(“Aquí también tenemos corrupción” me dice un español cuando le reprocho su solidaridad automática con un gobierno que no es de izquierda (no sé qué llamas izquierda pero seguro que un gobierno militar, entreguista y hambreador de su pueblo no puede llamarse de “izquierda”)
Yo sé que aquí tienes la trama Gurtel y algunos muertos sospechosos. No lo niego. Sé que tienen Reyes, aristocracia y toreros, lo cual es una verdadera putada. Pero es que en Venezuela también tenemos monarquía. No tan antigua como la Borbónica pero podría decirse Boliborbónica. En vez de ducados y condados tienen ministerios, bancos (públicos y privados), contratos multimillonarios y pozos petroleros.
Tienen rutas exclusivas en el Caribe para su contrabando de gasolina, minerales, alimentos o -como dicen que dice el Departamento de Estado, aunque de decir no pasa- de cocaína. Tienen su ejército particular para hacer y deshacer. Son unos malandros armados con la última tecnología. Hasta satélites tienen.
Han montado un pastiche ideológico-práctico que mezcla los abusos totalitarios del socialismo con la rapacidad más brutal del capitalismo.
Secuestrada la población tiene que depender del gobierno para que le venda alimentos, deje correr agua del grifo o les perdone la vida cuando salen a la calle. “Captahuellas”(dactilográficas), carnets “de la patria” o diversos mecanismos de control y segregación van marcando al cotidianidad de los venezolanos. IIntervienen las comunicaciones y exponen grabaciones por TV durante sus varias horas de “odio” diario trasmitidas por el canal del estado. Se asesinan entre ellos, se pican en pedacitos como los narcos mexicanos y luego, vuelven a salir en televisión diciendo que ya tienen a los asesinos, pero entonces se distraen grabando a la oposición y amenazando a la gente durante horas y horas, por TV y por altavoces.
Lo que quedó de la “revolución bolivariana” fue una corporación mafiosa.
Y aunque hay que admitir que al principio usaron política y demagogia para hacerse con el poder, hace unos 4 años que solamente la violencia más desmedida, constante, sistemática y maquiavélica los mantienen en el mismo.
¿Qué pasa en Venezuela?
¿Es una crisis humanitaria? ¿Es una crisis política y social? ¿Es una revolución socialista enfrentando el imperialismo norteamericano? ¿Es un malandrato? ¿Es un narcogobierno? ¿Es una república bananera reincidiendo en su tradición de populismo caudillista que desemboca en dictadura militar? ¿Es una dictadura militar fascista? ¿Es un ejemplo de en dónde desembocan los sistemas “comunistas”? ¿Es el país con las mayores reservas petroleras del mundo enfrentando su destino de colonia explotada? ¿Es la historia de siempre? “…un país tan rico…es una pena” ¿Es el modelo representativo de la doctrina del shock como estrategia geopolítica? ¿Es una guerra civil de cuarta generación? ¿Es una castroika inducida a través de una brutal terapia de shock? O es sencillamente un descarado y brutal remate de todo un territorio (habitantes incluidos) a los grandes intereses económicos mundiales que además decidieron otorgar a esa zona el estatus (quizá) de “maquila minera”. ¿Podría ser eso en un país con las mayores reservas de petróleo del mundo? ( y probablemente de oro, coltán y uranio)
¿Es Venezuela un inmenso laboratorio social en donde durante 19 años se ha sometido a la población a un estrés continuado y a la tortura sistemática en forma de cortes de luz, cortes de agua, crisis alimentarias, de salud, de transporte, crispación social y política, amenazas de conflicto regional, atentados, crímenes políticos, masacres y violencia permanente con el fin de estimular un éxodo masivo y la domesticación de una población extenuada por los constantes conflictos y el autoritarismo militar?
¿Cómo creerle a CNN? ¿Por qué no creerle a Telesur? ¿Y si no le creemos a ninguno de los dos? ¿Y si en vez de creer la alharaca de unos y otros revisamos quiénes se benefician directamente de la crisis venezolana?
¿Y si demostramos que el gobierno bolivariano es una agencia mafiosa de intereses espurios sólidamente apoyada por elementos foráneos, para lograr domesticar una zona tan geopolíticamente estratégica y fundamental para el hemisferio, no solamente por su capacidad de producción mineral sino por su inmensa riqueza biológica, animal y territorial?
Muchos excusan a los intelectuales que miraron para otro lado ante los desmanes autoritarios de dictaduras comunistas debido al ostracismo y a la falta de testimonios gráficos y constantes de los atropellos a los que sometían a sus ciudadanos, ¿pueden usar hoy la misma excusa quienes justifican los asesinatos, torturas , desapariciones y el genocidio al que somete el gobierno bolivariano a la población venezolana? ¿Podría llamarse genocidio a la sucesión de 28.479 muertes violentas en el año 2016?
Si en el año 1998 (un año antes de la llegada de Chávez) moría un venezolano cada dos horas debido a la violencia criminal, con el uso sistemático de la impunidad como estrategia de gobierno, sumado al tráfico irredento de armas de fuego, a la creación de cuerpos militares y paramilitares corruptos, a la infiltración mafiosa de los cuerpos de “seguridad” de estado (que son más bien cuerpos para la “seguridad del estado” ) y la crisis económica producto de un saqueo descarado de los bienes públicos, hoy UN VENEZOLANO ES ASESINADO CADA VEINTE MINUTOS. Cada dos horas mueren ahora 6,58 muertos. Esto es, 79,1 muertos diarios solamente por hechos delictivos.
Estas cifras no son inventadas ni son producto de una “campaña internacional” ya que, a pesar de la costumbre del gobierno de esconder las cifras o de traspapelarlas en medio de la profusión mediática sobre Venezuela, lo cierto es que esa cantidad tan ingente de sangre salpica la cotidianidad de todos los venezolanos y puede rastrearse ( si hay voluntad) en los cientos de crónicas y testimonios personales que, gracias a las redes sociales, son de acceso abierto.
Estamos señalando el lado más gore de la tragedia que hoy azota Venezuela que es la que suele llamar más la atención. Aún no hemos hablado de los muertos por falta de atención médica o medicinas (cuya escasez ronda el 85%), ni de las víctimas del resurgimiento de enfermedades hace tiempo superadas como el paludismo, Cólera, la malaria (240.000 casos en 2016), el dengue, el Mal de Chagas, la tuberculosis, el sarampión, difteria, meningitis, hepatitis, leptopirosis y otras más recientes como el zika y la chikungunya, etc. En esos 79,1 muertos diarios tampoco se inluye el aumento del 30% en la mortalidad infantil (11.466 niños en 2016) ni el hecho de que al no haber vacunas estas enfermedades tengan como destino aumentar exponencialmente debido a la malnutrición y las demás condiciones sociales y sanitarias deficientes, lo que garantizará un futuro de epidemias descontroladas.
Tampoco hablamos de los enfermos de Cáncer ni de Sida, que pueden rezarle a dios para morir lo más rápido posible o lanzarse a la selva en busca de tratamientos alternativos, porque lo que es la sanidad no se los va a dar y lo que es el mercado tampoco, ya que no se consiguen. Pero lanzarse a la selva tampoco es barato, no se vayan a creer. Por supuesto los índices de suicidio o las muertes por sobredosis no son accesibles ¿pero sería mucha especulación decir que se han disparado?
Solamente las personas con muy alto poder adquisitivo y acceso a moneda extranjera pueden hoy en día acceder a tratamientos tan básicos como los de la diabetes, la tensión alta o el colesterol. Y esas personas o están en el gobierno o son los millonarios de toda la vida. La revolución Bolivariana funcionó como una “dieta milagro con efecto rebote”, nunca como ahora en Venezuela fueron más patentes los privilegios, las diferencias económicas, la desigualdad laboral, económica, sexual o sencillamente la rapacidad del “sálvese quien pueda”, la corrupción y el odio social; nunca antes la sociedad estuvo tan sometida a la violencia y la inmoralidad.
Cuando hablamos de la crisis nos damos cuenta que es una crisis transversal no solamente política, es también social, económica, sanitaria, humanitaria y ecológica. Porque su desenlace va afectar la cantidad de oxígeno y de aguas blancas con las que va a contar el planeta los próximos años. Estamos hablando de un etnocidio y un ecocidio de inmensas proporciones.
Pero veamos:
SI la culpa de la debacle venezolana es del bajo precio del petróleo (51, 29 $ al 20 de Octubre de 2017), cómo se explica que en los tiempos de la “Venezuela Saudita”, es decir, cuando gobernó el infame adeco Carlos Andrés Pérez -quien representó a esa élite corrupta que justificó el camino para el ascenso de Chávez- el precio del barril de petróleo nunca superó los veinte dólares
Venezuela, que era el noveno productor de petróleo del mundo en 2014, (para el 2017 ha bajado al puesto número 13). Por detrás quedan Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos, China, Canadá, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, sin embargo, ninguno de estos países se enfrenta a una crisis de las dimensiones de la venezolana por este motivo.
No importa si el FMI, el diablo o la mafía le proyecta a Venezuela una inflación de más de mil y pico por ciento (las cifras bailan por todos lados y no hay nada muy seguro para cerrar 2017).
Si es por creer y volverse creyón, los que creen (con sus tres comidas al día aseguradas) en las buenas intenciones de los revolucionarios, hasta les creen cuando les dicen que es un plan internacional para bajar los precios del petróleo y hundir la economía Venezolana (del mismo genio bilderberiano que le subió a Chávez los precios del petróleo hasta un 1400% no sé sabe con qué fin). Pero lo cierto es que la economía venezolana caerá hasta en un 10% protagonizando la mayor contracción en el mundo.
Sudán del Sur, LIbia, Egipto y Surinam les seguirán a una larga distancia ya que mientras en Venezuela la inflación se prevee de un 1134 % en Sudán del sur (el segundo de la lista) se habla de una inflación del 119% (que es muy alta pero ridícula comparada con el récord venezolano). Claro que estas son cifras del FMI ya que el Gobierno Bolivariano como parte de la aplicación de su neolenguaje mantiene en el hermetismo más absoluto todos los indicadores económicos, sociales y culturales del país desde que está en el poder, a menos, claro, que le favorezca; pero como hace tiempo que eso no ocurre, los únicos sistemas de medición estadística son el testimonio personal de los emigrantes o las redes sociales y los periódicos “de derecha” así como uno que otro periódico anarquista y de izquierda que se niega a la absurda solidaridad automática de la mayoría.
La información que navega por las redes sobre la primera reserva petrolera del mundo, resulta a menudo contradictoria y está condicionada por tantos intereses poderosos y distintos, que ha logrado, usando la estrategia de la simulación planteada hace tiempo por Baudrillard, que la profusión de imágenes, testimonios, proclamas, investigaciones, crónicas, artículos, entrevistas, etc., entierre la verdadera trascendencia del suceso e incluso el nombre que deberíamos usar para nombrarlo.
Las pruebas del crimen que ocurre en Venezuela están por todas partes, sin embargo cada quien secuestra su trozo de realidad y plantea su postura. Pero no necesitamos de todo eso, no podemos dejarnos secuestrar por el neolenguaje (o la cacareada “posverdad”) y debemos separar, como se ha hecho toda la vida, el grano de la paja.
Ya en en 2009, mucho antes de la crisis petrolera y en medio de su supuesta revolución “social , humanista y ecologista”, Chávez asomó que había “importantes” reservas de coltán en el país. “Ese es un mineral por el cual en África han ocurrido no sé cuántas guerras, porque es un mineral estratégico, entre otras cosas, para hacer los cohetes estos de largo alcance”, dijo. El 23 de agosto del 2011 Chávez aprueba el Proyecto de Desarrollo Estratégico de la Faja Petrolífera del Orinoco y el Arco Minero de Guayana. Y aunque la renta petrolera aún daría unos años para enriquecer banqueros y engordar multinacionales, desde 2014, paralelamente a la constante pauperización de la población debida al recorte de servicios básicos (agua, luz, suministros), el gobierno deja de cancelar las pensiones a los jubilados en el exterior, a los estudiantes universitarios becados o a los usuarios de tarjetas de crédito para viajes al exterior.
Pero lo hace honrando la deuda externa y emitiendo dinero inorgánico, lo que aumenta la devaluación y la crisis inflacionaria.
En 2016 Maduro anuncia una devaluación y el aumento de la gasolina por primera vez en 20 años. La oposición gana por mayoría absoluta la asamblea nacional, lo que en principio no le impide a Maduro, que controla todos los poderes, seguir haciendo y deshaciendo a su antojo mediante leyes habilitantes o estados de emergencia. Ya el país ha entrado en una debacle y en un delirio mediático en las que el presidente baila salsa, acusa de maricones o envidiosos a sus opositores, anuncia conspiraciones para asesinarlo, no contesta sobre sus sobrinos detenidos por narcotráfico en Estados Unidos ni sobre el hecho de que Venezuela se haya convertido en el primer importador de aviones privados del mundo gracias a la boliburguesía.
En la página del Gobierno Bolivariano se puede leer, en abril del 2017, que este ha pagado puntualmente más de 60 mil millones de dólares en compromisos internacionales en los últimos dos años.
Pero no solo eso, el trabajo del gobierno madurista es imparable en generar la infraestructura necesaria para rematar los recursos que queden en el país.
Desde el 10 de febrero de 2016, y a través del decreto 2231, se crea la flamante Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg) en donde el gobierno atribuye a los militares, a través de una compañía, la facultad para “todo lo relativo a las actividades lícitas de servicios petroleros, de gas y de explotación minera en general”.l
El 24 de Febrero de 2016, y como inicio de la campaña de propaganda a favor de, luego de malbaratada la renta petrolera de los últimos veinte años, proceder a una vuelta de tuerca más en nuestra economía rentista y parasitaria y anuncia el “motor minero”como podemos leer en el portal propagandista de Telesur:
“El Gobierno venezolano activó este miércoles el Motor Minero (….9 como parte de la Agenda Económica Bolivariana, que tiene como objetivo recuperar y reimpulsar la economía superando el modelo rentista de los ingresos petroleros.”
El plan “ecológico y socialista” del Gobierno Bolivariano es sustituir el modelo “rentista petrolero” por uno rentista minero
(…)el Ejecutivo plantea un nuevo esquema para la exploración y extracción de minerales con el desarrollo del Arco Minero del Orinoco, ubicado en el estado Bolívar (sur), que posee alrededor de 200 millones de toneladas de bauxita y unas 44 mil toneladas entre oro y diamantes.
El Banco Central de Venezuela (BCV), la estatal petrolera PDVSA y el Ministerio de Petróleo y Minería presentaron un plan de inversión a 150 empresas transnacionales mineras de 35 países para la exploración del Arco Minero del Orinoco y la explotación de oro, diamante, hierro y aluminio.
(…)el jefe de Estado firmó el decreto del Plan de Cuantificación y Certificación de Reservas de los principales minerales que se encuentran en el Arco y que prevé certificar tres áreas de ese eje estratégico de 111 mil kilómetros cuadrados, donde existen yacimientos de oro, niquel, coltán, piedras preciosas, hierro, bauxita y otros minerales de alto valor industrial.
"En la zona oriental del arco minero (…)tenemos reservas probadas de oro de 4 mil 300 toneladas en el campo del oro nada más y con la firma del documento donde iniciamos la certificación oficial las proyecciones de los expertos dicen que Venezuela podría colocarse por encima de las 7 mil toneladas y ser la segunda reserva de oro del planeta", precisó Maduro
En Marzo de ese mismo año ocurre –casualmente- lo que se conoce como “La masacre de Tumeremo”, que implica la desaparición y asesinato de 28 mineros en el estado Bolívar, precisamente en la zona que se está preparando para el gran ecocidio. Aunque las fuerzas de “seguridad”están implicadas abiertamente, el gobernador se limita a decir que el no cree que hayan sido ellos, y, como en las numerosas masacres que suceden tras año desde 1999, han quedado impunes.
En junio, y siguiendo una tradición que le ha permitido crear bodrios propagandísticos como el “Ministerio de la felicidad suprema”, Maduro decreta la creación del ministerio de “Minería ecológica” que se encargará de promover la mega minería a cielo abierto (prohibida en muchas partes del mundo por su rapacidad medioambiental) en la zona delimitada por Chávez como “Arco Minero del Orinoco” y que comprende una inmensa y virgen región del sudeste Venezolano que incluye los estados Bolívar, Amazonas y el Delta Amacuro. Región habitada por once etnias indígenas, de las cuales al menos seis sufrirán el impacto de esta deforestación masiva de la zona y de la contaminación con mercurio, así como un fuerte impacto social negativo con la llegada de miles de mineros y la declaración de esa área como “zona económica especial”, es decir, un área en donde las multinacionales que se asienten obtendrán beneficios fiscales y “flexibilización laboral” al más puro estilo de las zonas económicas especiales chinas que permiten la mano de obra esclava.
El Arco Minero del Orinoco está muy cerca del parque nacional Canaima (declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad) es y de donde procede el 60% que provee de las reservas de agua dulce más importantes del país y generadora de la energía hidroeléctrica que alimenta la represa del Guri y el complejo hidroeléctrico nacional, del agua que se usa en Venezuela.
Constituye un área de enorme biodiversidad, con selvas y bosques protegidos en calidad de reservas forestales como Imataca, de 3 millones 800 mil hectáreas; La Paragua y El Caura con 5 millones 134 mil hectáreas. En ella se encuentran monumentos naturales como Guanay, además de cuencas que están protegidas por leyes ambientales (hasta la creación de la expúrea Asamblea Nacional) y convenios internacionales, como la Cuenca del Caroní, de 96 mil kilómetros cuadrados. La extensión de territorio que pretende vender el gobierno Venezolano para la megaminería es el 12 % del territorio venezolano, una superficie que equivaldría a Cuba o Irlanda.
Como para poder cerrar todos estos préstamos y contratos Maduro necesitaba legalmente la aprobación de la asamblea nacional de mayoría opositora, es cuando hace que su brazo judicial , el tribunal supremo de justicia asuma las funciones de la asamblea nacional. La crisis social aumenta en el país, no hay alimentos ni medicinas.
En mayo de 2017, a cuatro años de Maduro, el 74% de la población ha perdido más de ocho kilos de peso por carencias alimenticias. Liquidadas totalmente las empresas expropiadas y eliminadas casi todas las fuentes de producción, el país recorta a una tercera parte (o sea más del 70%) las importaciones de medicinas y alimentos induciendo una crisis dantesca y dejando el negocio de la distribución de ese 30% de alimentos a,los militares.
Pero a diferencia de países "socialistas" o “comunistas” en donde el gobierno reparte cuotas de alimentos a la población, el gobierno venezolano crea un monopolio de distribución de alimentos importándolos a dólar preferencial y vendiéndolos a través de las famosas bolsas Clap por un equivalente a mil dólares por lo que resulta un negocio redondo para militares, colectivos y toda la cadena de distribución que se apropia de estos productos antes de que quizá el 5% llegue a los más desfavorecidos y el resto sea desviado para no venderlo a esos mil dólares al cambio sino hasta por cinco y seis veces más en el mercado negro que esta situación genera.
25.000 millones de dólares se esfuman de las arcas públicas a través del desfalco de dólares preferenciales otorgados a amigos para la importación de alimentos y medicinas durante el gobierno de Chávez como empiezan a denunciar antiguos ministros desplazados como el ex titular de finanzas favorito del difunto, Jorge Giordani, eso sin contar los miles de millones de dólares desfalcados en sobreprecios, obras inconclusas como la limpieza del río Guaire, los escándalos de Fonden, la quiebra de las empresas del estado, la estafa con la importación de materiales eléctricos, los globos aerostáticos, el dinero en Andorra, los Panamá Papers, los rescates bancarios, etc., etc.
Esto no es inventado por CNN ni el FMI, lo dicen ex ministros chavistas y lo han revelado numerosos escándalos como el de Pudreval ,donde se encontraron miles de toneladas de comida podrida. Incluso la ex fiscal general admite que en Venezuela la impunidad es del 90%.
Y lo peor es que el saqueo ha sido constante, escandaloso e impúdico y aún así hay quienes siguen defendiendo al gobierno bolivariano y pensando que lo de Chávez fueron errores y no la destrucción sistemática de un país.
Hoy en día, aún después de la enorme crisis que atraviesa Venezuela, a los enchufados por el gobierno se les da un dólar financiado que sale por el 0, 025% de su valor, provocando un desangre de divisas que en ningún caso se usa para paliar la crisis alimentaria y médica en Venezuela.
Actualmente los dólares preferenciales lo reciben trasnacionales y militares ( y no precisamente para importar alimentos) y son quienes, cuando venden los productos en el mercado, lo venden al precio del dólar internacional.
Según datos del Banco Central de Venezuela, de las 15 empresas sistemáticamente favorecidas con divisas preferenciales, diez son transnacionales, o enclaves de transnacionales. Entre las cien más privilegiadas, 79,22% son firmas con capital accionario extranjero, y sólo 15, 64% son de capital nacional. Para hacernos una idea de las cantidades, la empresa que más dólares a tasa preferencial recibió entre 2004 y 2012 fue General Motors, con 5.910.439.377 dólares.
La Polar y sus empresas afiliadas, tales como Provencesa, Cervecería Polar C.A. , Pepsi Cola de Venezuela y Alimentos Polar C.A. recibieron en conjunto $ 3.022.465.869, convirtiéndose así en el cuarto grupo empresarial en recibir más divisas en 9 años.
Y veamos más recientemente (para Junio de 2017, en plena crisis de gobernabilidad , escasez y represión) fue publicado en la página web del Banco Central de Venezuela http://www.bcv.org.ve/c5/dicom/pdf/resultados/ADJUDICADOS-SUBASTA-CS-SO-004-17.pdf los resultados de la cuarta subasta del Sistema Complementario de Divisas, que es quien se encarga de asignar las divisas.
30,3 millones de dólares se distribuyeron a una tasa “subsidiada” de 2640 bolívares (una ínfima parte de su valor “real”) bolívares y que benefició a 394 personas jurídicas y a 3954 personas naturales.
Las 25 empresas que más dólares recibieron, representan el 6,34% del total de personas jurídicas adjudicadas, sumando en conjunto 9,13 millones lo que equivale al 30% de las divisas subastadas.
En primer lugar hay que destacar a Cigarrera Bigot. (400.000,00 US$ ) enclave venezolano de la British American Tobacco y que distributye a nivel global, Dunhill, Kent, Lucky Strike, Pall Mall y Rothmans Vogue, Viceroy, Kool, Peter Stuyvesant y Benson & Hedges. Y en Venezuela Belmont. Esta puede ser una hermosa metáfora de las “Prioridades” del gobierno bolivariano.
Aunque para no ser tan injustos otorgó la misma cifra a Colgate Palmolive que distribuye pastas de dientes que no se consiguen en Venezuela y toallas sanitarias que quizá pueda pagar la hija de algún boliburgués. En tercer lugar y con un monto igual financió a Nestlé de Venezuela y así hasta diez empresas entre las que esta subsidiada por el mismo monto mágico de 400.000$ a Telefónica (Movistar) y así por el estilo en una clara muestra del interés del gobierno venezolano en apoyar la industria nacional o en “luchar contra las multinacionales”
Pero el Gobierno es imparable en su saqueo de recursos y en medio de la hambruna y el estallido social, llegan a Caracas 238 kilos de Oro desde el Estado Bolívar.
Y para seguir siendo coherente con su línea “antiimperialista” y su victimismo como gobierno perseguido por el “monstruo del norte” nos enteramos que el gobierno bolivariano, a través de CItgo, la filial de PDVSA en Estados Unidos donó a la campaña de investidura de Trump 500.000 dólares el 22 de diciembre de 2016, superando a multinacionales como Pepsi o Walmart y poniéndose a la altura de otras como Exxon o JP Morgan Chace
Paralelamente a todo este show de luchas interinas y dimes y diretes lo cierto es que el proyecto del Arco Minero avanza sin que nadie lo detenga.
La “oposición”, cuyo único programa claro de gobierno es “oponerse” y que jamás ha presentado algo parecido a un plan de gobierno y ha sido terriblemente negligente y poco efectiva para proponer alternativas políticas a la maquinaria del PSUV. Por lo que internamente el juego está trancado.
Pero lo cierto es que la diplomacia internacional no solamente no ha intervenido efectivamente para frenar los desmanes chavistas, sino que pareciera que más allá de enormes cortinas de humo mediático para parecer que pelea con el gobierno bolivariano , cada vez que en los últimos años este se ha visto acorralado por protestas ( y ha podido salir a través de el referéndum revocatorio, por ejemplo) ha intervenido “hasta el mismo Papa de Roma” (y no es solamente una expresión).
En 2014 fueron la Santa sede de Roma y Zapatero (Movistar, Repsol y BBVA) quienes convocaron la famosa “mesa de diálogo” cuando las protestas arreciaban porque Maduro se negaba a someterse al referéndum revocatorio después de demostrar su absoluta ineficacia en el manejo de la crisis del país. El referéndum revocatorio era una posibilidad de salida política y democrática, apoyada por la movilización popular , que fue abortada gracias a la oportuna intervención de la Santa Sede y del ex presidente español Zapatero, lo que dio tiempo a la dictadura para que siguiera en su camino de abolición de las instituciones.
Nuevamente, este año, cuando el Tribunal Supremo de Justicia terminó de apropiarse de las competencias de la Asamblea Nacional elegida en 2015 democráticamente, las protestas volvieron a arreciar y en 100 días (para Julio de 2017) se contabilizaban 100 muertos por la feroz represión (claro que cien muertos en Venezuela, en realidad, no es casi nada); más de 4000 heridos y numerosos daños morales, materiales y humanos, así como más de 3000 venezolanos juzgados ilegalmente en tribunales militares.
Incluso la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, chavista hasta ese momento, denunció la ruptura del orden constitucional.
En medio de esto, Maduro, para terminar de fabricar un país a la medida de sus intereses ecocidas y totalitarios, convoca una totalmente ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, lo que hace enardecer las calles de distintas zonas de Venezuela.
La oposición tradicional de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) parasita estas protestas y toma la cabeza política de las mismas. Maduro se va (antes de que lo echen ) de la OEA porque lo amenazaban con la aplicación de la Carta democrática. La oposición exige la aplicación del art 350 de la constitución que desconozca a un gobierno ilegítimo según la carta magna.
Trump dice que si Maduro lleva a cabo la constituyente se las verá con él. Rajoy tiene algún altercado con él y manda a llamar a su embajador a consultas. Mientras en Venezuela, el SEBIN (la policía política) realiza arrestos y allanamientos sin ordenes y procesa a personas por delitos de “traición a la patria” y se realizan sistemáticas campañas difamatorias por prensa, tv, radio a través de su manada de reporteros palangristas y voceros “populares” contra los “enemigos de la patria “
Pero entonces el amigo Zapatero (que se había tomado unas vacaciones luego de su última intervención para salvar a Maduro) viaja nuevamente a enmendarle la plana a nuestro Stanlin mamarracho y en una extraña y oscura operación se reúnen miembros del gobierno y de la oposición y se decide darle casa por cárcel a Leopoldo López (el líder de la oposición “galandetelenovela” más mediático internacional) y entonces la Mud desconvoca las protestas y Maduro puede realizar apaciblemente su Asamblea Nacional Constituyente (dirigida por sus más cercanos colaboradores) y luego de eso si se digna a convocar elecciones de Gobernadores (atrasadas hacía un año) y sospechosamente la MUD considera “repentinamente” que el CNE no está “vendido” ( y se olvida de la intervención de la Asamblea Nacional, de la ruptura del orden constitucional, de la fuga de la Fiscal General, de la Carta democrática de la OEA y esas minucias) y en uno de sus actos más colaboracionistas y descaradamente mercenarios, se lanza a las elecciones de Gobernadores, perdiendo estrepitosamente, por supuesto.
Maduro, en medio del remate -con población incluida- en que ha transformado a Venezuela, adelanta préstamos, entrega refinerías y todo tipo de concesiones a mineras y petroleras rusas, chinas, norteamericanas, brasileñas, etc. Y es que el imperio de los billetes es multinacional. Desde Diciembre del año pasado procedió a hipotecar discretamente el 100% la petrolera Citgo a la rusa Roneft a cambio de un préstamo de 1.500 millones de dólares que se fueron al mismo agujero negro a donde van todos los ingresos del gobierno bolivariano y no, desde luego, a paliar el hambre y la desesperación de millones de venezolanos.
En mayo de 2017 vendió bonos petroleros a la japonesa Nomura, valorados en cien millones de dólares, con un 70 % de descuento, es decir, por treinta millones de dólares. Otros 2.800 millones de dólares de esos mismos papeles fueron adquiridos por Goldman Sachs, pero también a remate, pagando solamente 700.000 millones y comprometiéndose el gobierno a devolver “tres veces esa suma” en los próximos dos años.
Ahora, en busca de a quién seguir culpando por su sistemática y aparentemente torpe conducción de Venezuela hacia la peor crisis de su historia, el gobierno insiste ahora en culpar de la inmensa crisis a a las tibias medidas de Trump (que en su mayoría solo afectan a altos funcionarios y a testaferros chavistas) y no mencionan que aportaron dinero para su campaña, ni que si de verdad el Gobierno Norteamericano estuviera interesado en parar la “quema de territorio” o la Catastroika que produce la crisis venezolana, bastaría con que dejara de ser su mayor comprador de petróleo.
A pesar de las bravuconerías de Trump, lo cierto se que le está dando a Venezuela bastante margen de maniobra para que termine de quebrar bien el país.
En las pasadas protestas fue patético leer a “intelectuales de izquierda” apoyando la represión y tratando de vendernos que una oposición “fascista” trata de tumbar al bueno de Maduro, el “Hijo de Chávez”, un poco imbécil, sí, pero lleno de ese espíritu libertario de no sé quién. Aún hoy en día hay quien se cree esa telenovela de izquierdas y derechas que los medios y el gobierno venezolano han exportado, mientras lo cierto es que, haya intervención de la ONU o de EEUU ( o la oposición logre medrar de alguna oscura manera) o continúe el vampírico y corrupto gobierno bolivariano saqueando a espuertas a Venezuela hasta dejarla en el hueso, hay que advertir que lo que está sucediendo es el burdo remate de los tesoros naturales de un país a los intereses más bajos y rapaces del capital internacional, después de someter a su población a una larga y agónica doctrina del shock.
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